jueves, 30 de abril de 2020

La luna y el espiral / Judith

Hace algunas noches atrás la luna cayó en un espiral de estrellas. Sintió miedo, no entendía que pasaba, aunque no sentía dolor ni angustia, solo incertidumbre. ¿Dónde me llevará éste tobogán luminoso, ésta voltereta mágica? -se preguntaba.
El espiral por su lado, absorto en su meditación diaria, no se había percatado de que la luna recorría su interior y seguía adormilado en la energía cósmica.
En un momento dado sintió cosquillas y descubre a la luna bailando con sus miles de estrellas. Claro! en ese tiempo, la luna ya no sentía miedo ni incertidumbre, había elegido disfrutar de ese momento inesperado, y bailaba relajada bañada en luz.
Al espiral le pareció tan divertido que se unió al baile y comenzó a dar vueltas y vueltas por el manto oscuro, creando un espectáculo maravilloso.
Casi al amanecer, exhaustos y aún riendo se despidieron el espiral y la luna hasta la siguiente vez.

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