En la
esquina
hacia
arriba
sobre
los árboles inmensos, estrellas
pinos
como dedos rascan la barriga de la vía láctea y más...
A la
izquierda, yendo al sur
la luna
viene desde la estepa
escondida
tras nubes naranjas y grises
se
sospecha llena, mucho.
Desde el
oeste, a la derecha
turista
con mochila
en el
oscuro las miradas no se ven,
la
gentileza dice un hola mutuo.
Al
frente vecino gaucho de boina,
rumbo al
almacén.
En el
medio del camino
lame mi
mano la Gorda
y
volvemos a casa.
Viviana Mestre
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